Pantallas en Niños: Impactos y Consejos

En la era digital actual, la presencia de dispositivos electrónicos en la vida cotidiana es innegable, especialmente entre los niños. Si bien estas herramientas ofrecen oportunidades educativas y de entretenimiento, su uso excesivo puede conllevar riesgos significativos para el desarrollo infantil. Es esencial que padres, educadores y cuidadores comprendan estos riesgos y establezcan pautas claras para un uso saludable de las pantallas.

Estadísticas sobre el uso de pantallas en niños argentinos

En Argentina, el uso de dispositivos electrónicos entre los niños es notablemente elevado. Según datos de 2019, los niños argentinos pasan en promedio casi cinco horas diarias frente a pantallas, superando el promedio regional. Además, uno de cada tres niños posee su propio teléfono móvil antes de los 13 años, y el 22% lo tiene antes de los 9 años. El 60% de los niños utiliza habitualmente WhatsApp, cifra que supera en un 17% al promedio regional.

Un informe de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa de Buenos Aires reveló que el 64% de las familias cuyos hijos utilizan dispositivos más de dos horas por día consideran que dicho uso es excesivo, evidenciando una creciente preocupación al respecto.

Impacto del uso excesivo de pantallas en la salud infantil

El uso prolongado de pantallas puede tener diversas consecuencias en la salud y el desarrollo de los niños:

  • Desarrollo cognitivo y del lenguaje: La sobreexposición a la tecnología puede generar una sobreestimulación sensorial en una etapa de inmadurez cerebral, afectando la atención, la memoria, el aprendizaje y la interacción social. Estos efectos negativos pueden dificultar también la adquisición del lenguaje y el control de los impulsos.
  • Salud física: El sedentarismo asociado al tiempo excesivo frente a pantallas contribuye al aumento de la obesidad infantil y a problemas posturales. Además, la exposición prolongada puede afectar la vista y provocar dolores de cabeza.
  • Salud mental: Estudios han señalado que el uso excesivo de las pantallas puede afectar negativamente áreas como el sueño, el riesgo cardiovascular, la alimentación, la actividad física y la salud mental. Se ha observado un aumento en la ansiedad y la depresión entre los niños que pasan más tiempo frente a pantallas.

Recomendaciones para un uso saludable de las pantallas

Diversas organizaciones y expertos han establecido pautas para el uso de dispositivos electrónicos en niños:

  • Sociedad Argentina de Pediatría (SAP):
    • Menores de 2 años: Evitar la exposición a pantallas, salvo el uso de videollamadas.
    • Preescolares (2 a 5 años): Limitar el tiempo de pantalla a una hora diaria, con contenido educativo y la compañía de un adulto.
    • Niños de 5 años en adelante: Establecer límites claros y acordar el uso de pantallas en un contexto familiar. Promover actividades sin pantallas, como juegos al aire libre o manualidades. sap.org.ar
  • Ministerio de Salud de Argentina:
    • Recomienda que los niños no utilicen pantallas ni dispositivos electrónicos antes del año y medio de edad.
    • Para niños mayores, sugiere no pasar más de 1 o 2 horas diarias frente a pantallas, en horarios definidos por los padres. Es fundamental acompañar a los hijos en la elección de contenidos y compartir esos momentos con ellos. argentina.gob.ar
  • Academia Estadounidense de Pediatría:
    • Menores de 18 meses: Desaconseja el uso de medios audiovisuales, excepto para videollamadas.
    • 18 a 24 meses: Si se introducen medios digitales, deben ser de alta calidad y siempre en compañía de un adulto.
    • 2 a 5 años: Limitar el tiempo de pantalla a una hora al día de programación de alta calidad. mayoclinic.org

Estrategias para padres y educadores

Para garantizar un uso equilibrado y saludable de las pantallas, se sugieren las siguientes estrategias:

  • Establecer límites claros: Definir horarios específicos para el uso de dispositivos y asegurarse de que se cumplan.
  • Fomentar actividades alternativas: Incentivar la participación en juegos al aire libre, lectura, deportes y otras actividades que no involucren pantallas.
  • Ser un modelo a seguir: Los adultos deben demostrar un uso responsable de la tecnología, ya que los niños tienden a imitar el comportamiento de sus padres y cuidadores.
  • Acompañar y supervisar: Participar en las actividades digitales de los niños, ayudándolos a seleccionar contenidos apropiados y enseñándoles sobre los riesgos y beneficios del mundo digital.
  • Crear zonas libres de tecnología: Establecer áreas en el hogar, como el comedor o los dormitorios, donde el uso de dispositivos esté prohibido, promoviendo la interacción familiar y el descanso adecuado.

Conclusión

El uso de pantallas es una realidad inherente a la vida moderna y, cuando se maneja adecuadamente, puede ofrecer beneficios significativos en la educación y el entretenimiento de los niños. Sin embargo, es crucial reconocer y mitigar los riesgos asociados con su uso excesivo. Al implementar pautas claras y fomentar hábitos saludables, padres y educadores pueden garantizar que los niños aprovechen al máximo las ventajas de la tecnología mientras protegen su bienestar integral.

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